Jueves 16 de Mayo 2024
VIIa Semana de Pascua B
Textos Bíblicos: L1 Hch 22,30;23,6-11 Sal 15

+Lectura del santo evangelio según san Juan 17,20-26

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: -"Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos."

Reflexiones. –

La unidad de la Iglesia, la unidad de todos aquellos que creen y creerán por la predicación de los sucesores de los primeros predicadores, los apóstoles: Como yo y tú somos uno. Pide Jesús que todos sus seguidores sean uno con la misma unidad que Él tiene con el Padre. Esta unidad se basa en el mutuo conocimiento que da el amor.

El testimonio de los creyentes será el motor que mueva la sociedad y revitalice la civilización del amor. De la misma manera que el Padre y el Hijo no confunden sus personalidades, la unidad entre los creyentes no borra la propia capacidad de ser diferente pero dentro de esa cualidad del amor oblativo: Tenían un solo corazón y una sola alma y todos decía mirad como se aman (Hch 4, 32). Se puede vivir en la misma casa, ir en el mismo vagón del tren todos los días, estar dentro de la misma iglesia rezando y no formar comunidad de amor con la persona que está al lado pues cada uno estamos mirándonos a nosotros mismos y no a los demás en Dios.

El mensaje de unidad y del amor no se puede predicar a los otros si no se vive. Sólo quien ama conoce a Dios (1Jn 4, 7-8). Pongámonos de acuerdo en lo esencial mediante el amor mutuo y el diálogo. Siempre es más lo que nos une que lo que nos separa.
Cuando sabemos agradecer a Dios lo que tenemos; si tenemos ojos para ver las virtudes y buenas obras de los que están junto a nosotros entonces estamos viviendo en el amor y seremos felices.

ORACIÓN:
En lo bueno y en lo malo quiero estar contigo.



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