Sábado 18 de Mayo 2024
VIIa Semana de Pascua B
Textos Bíblicos: L1 Hch 28,16-20.30-31; Sal 10

+Lectura del santo evangelio según san Juan 21,20-25

En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús tanto amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: "Señor, ¿quién es el que te va a entregar?" Al verlo, Pedro dice a Jesús: Señor, y éste ¿qué? Jesús le contesta: Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme. Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo.

Reflexiones. –

Llegamos al final del tiempo litúrgico de Pascua. Hemos vivido esta cincuentena pascual con la luz del Cirio Pascual encendida. Cristo nuestra Pascua se hacía presente con su luz en la celebración comunitaria. Ahora con este final del evangelio miramos al futuro de la Iglesia. La Pascua de Pentecostés nos enviará con la fuerza del espíritu a ser ejemplo y predicar con nuestra vida que Cristo vive.

Hoy la lectura nos quiere dar una lección de confianza en Dios. Este relato ha sido compuesto, probablemente, después de la muerte de san Pedro. ¿Quién tendría que sucederle? Algunos pensaban que Juan, único superviviente de los doce, debía ser su sucesor. En lugar de un apóstol inmortal, designado para regir la Iglesia hasta los últimos tiempos -sueño utópico de los partidarios de san Juan, apoyándose en unas palabras mal entendidas de Jesús- la Iglesia, seguidora de Jesús, prefirió la permanencia del Espíritu en un humilde sucesor de Pedro en Roma y tomó la decisión de elegir a san Lino (67-76), segundo de los Papas.

Los primeros cristianos, como nosotros, estamos expuestos a equivocarnos. Lo que nos llama la atención es como esas personas, tan débiles y sencillas, pudieron llevar adelante una obra que aún hoy perdura. En medio de los errores y problemas de la historia podemos confiar en la Iglesia. La Iglesia es incomprensible sin el Espíritu Santo. La Iglesia no se sostiene sin una fe auténtica y firme. En el Año de la fe que nuestras obras digan cuan fuerte es la fe. 

ORACIÓN: Señor, que sea siempre tu amado por el ejemplo.



Siguiente Día


_______________________________________________________________________

© 2024 Congregación de la Misión - Puerto Rico, Padres Paúles