Sábado 18 de Enero de 2022
Ia Semana del Tiempo Ordinario
Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

+Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,13-17)

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos. Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos: «¡De modo que come con publicanos y pecadores!» Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

Reflexión. –

Nuevamente, en una gran multitud reunida para ver y escuchar a Jesús, Él destaca a un despreciado recolector de impuestos y le pide que lo siga. Vemos otra vez como el foco del ministerio de Jesús parecen ser los enfermos, los necesitados, los despreciados y los pecadores. Nos maravillamos ante el poder convincente de la llamada de Jesús, y la respuesta positiva instantánea de Levi que abandona todo para seguirlo y para luego invitar a amigos como él a una fiesta en su casa donde Jesús se une a la mesa.

Este acto es criticado por los Fariseos, pero Jesús defiende su acercamiento positivo a los pecadores diciendo que Él ha venido “no a llamar a los virtuosos, sino a los pecadores”. Por eso, lejos de ser una situación vergonzosa, que había que evitar, la compañía de “pecadores” es precisamente lo que Jesús buscaba. Ellos eran los más necesitados de sanación.

Hoy somos nosotros, pecadores y humildes, los que estamos invitados a sentarnos a su mesa. Cuando nos reunimos para la Eucaristía, celebramos que Jesús nos invita diciéndonos: “Tomen esto todos ustedes y coman de él, ya que este es mi cuerpo. Hagan esto en memoria mía”. Es el Jesús de la misericordia, que los escribas y fariseos nunca entendieron. Este encuentro convierte a Leví en el evangelista y apóstol Mateo, que hoy comparte ya Junto a Cristo, su Maestro y Señor, la gloria de los santos.

ORACIÓN: Señor, que pueda decirte "si" con fidelidad y sentarme a tu mesa.




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