Martes 19 de Noviembre 2024
XXXIIIa Semana Ordinaria B
Nuestra Señora de la Divina Providencia
+Lectura del santo evangelio según San Juan 2, 1-11
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
«No les queda vino.»
Jesús le contestó:
Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.»
Su madre dijo a los sirvientes:
«Haced lo que él diga. »
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo:
«Llenad las tinajas de agua.»
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó:
«Sacad ahora y llevádselo al mayordomo. » Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua). y entonces llamó al novio y le dijo:
«Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora. »
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.
Reflexión:
Zaqueo, un hombre con dinero y poder ("jefe de publicanos y rico"), quería ver a Jesús. Hace el esfuerzo, logra verlo; Jesús lo llama y se auto invita a comer con él. Como fruto de aquel encuentro, Zaqueo se convierte. Este evangelio de hoy ya lo vimos el día 3 del presente mes; lo hemos meditado recientemente. Pero siempre podemos encontrar en la palabra de Dios nuevos elementos para reflexionar y progresar en nuestra vida con Cristo. Pensemos lo difícil que sería la conversión para un hombre rico y poderoso, como ya hemos visto que era Zaqueo.
El elemento primero y más necesario para que ocurra está feliz transformación en nuestra vida es querer conocer a Jesús. Para ello Zaqueo se orienta de por dónde va a pasar Jesús, deja sus demás compromisos, corre y se sube en un árbol. Dejar, correr, subir, son verbos activos que implican un esfuerzo. Quizás Zaqueo no pretendía más que ver a Jesús y quedarse con la experiencia de que lo vio desde "la orilla del camino". Pero Jesús lo llama y se auto invita a su casa. Este cambio de ruta de Jesús dio su fruto: la conversión sincera de Zaqueo, que repercute en el bienestar de los pobres y seguramente que en otras muchas personas. No nos quedemos viendo a Jesús "desde la orilla del camino" o desde la copa de "nuestra higuera". Aceptemos el compromiso de ser sus fieles discípulos y amigos e involucrarnos en el trabajo de su Reino.
ORACIÓN: Señor, dame la gracia de ser un buen "oyente", que sepa obedecer como María.