Domingo 03 de Noviembre 2023
XXXIa Semana Ordinaria B
San Martin de Porres, Presbítero

+Lectura del santo evangelio según San Marcos 12,28b-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Respondió Jesús: «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.» El segundo es éste: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Reflexión:

La manera de acercamos a Dios es a través del prójimo. La cruz solo será verdadera si tiene dos brazos. La dirección vertical que nos lleva del suelo hasta el cielo y la horizontal que va del hermano al hermano. Toda opción horizontal, si es genuina y desinteresada, inevitablemente termina por acercamos a Dios. No existe verdadero amor de Dios sin amor al prójimo, y no existe amor del prójimo sin justicia. Tampoco podemos hablar sinceramente de justicia, ni promoverla eficazmente, si la justicia no es una realidad encamada en nuestras vidas.

Bajo el impulso de la caridad cristiana, de nuestro amor por los demás, queremos que estos sean respetados en su persona, en su dignidad y en sus derechos y libertades; que se les haga justicia. Y también impulsados por esta caridad nos esforzamos continuamente en ir alargando, ampliando las fronteras de la justicia y de la libertad humana, de manera que lo que ayer se le concedía al hombre en virtud de la sola caridad, se le conceda hoy en nombre de la justicia. Los hospitales y obras que la Iglesia empezó a atender hace siglos hoy los atiende el Estado, justicia.

La verdadera caridad es para el cristiano como el alma de la justicia. Concebir esta sin aquella sería privar nuestra acción por la justicia de su principal motivación.
Por eso a la hora de pensar en los mandamientos llegamos a la conclusión: El amor a Dios y al prójimo son el mandamiento principal.

ORACIÓN: Señor, enséñame a compartir lo que tengo.





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